Estrategias suplementarias para estudiantes con dificultad resolviendo problemas verbales







Tener éxito con las matemáticas depende en gran parte de la habilidad de los estudiantes para resolver problemas verbales. Los problemas verbales son comunes en las pruebas estandarizadas así como en las asignaciones diarias de los niños. Para resolver un problema verbal exitosamente, el estudiante tiene que extraer las palabras claves en el problema y convertirlas en lenguaje matemático. Esto presenta un problema grave para niños deficientes en comprensión de lectura, en vocabulario verbal o en vocabulario escrito. A otros estudiantes se les dificulta la computación requerida en el problema verbal. Para ayudar a estos niños, algunas técnicas de enseñanza suplementarias que los maestros pueden usar, son:

Hablar acerca del problema verbal y hacer que el estudiante lo parafrasee usando sus propias palabras
Especialmente si se trata de un estudiante con destrezas verbales bajas, el niño necesita la oportunidad de articular el problema y de hablar acerca de posibles soluciones de manera de que practique su lenguaje.

Simplifica el lenguaje en el problema verbal usando sinónimos o vocabulario más fácil.

Simplificar el problema verbal visualmente
Deja que la estudiante haga un círculo alrededor de palabras o frases claves; también puede usar un marcador fluorescente.

Haz que la estudiante circule la información necesaria y luego tache el resto del problema. Entonces, la niña reemplaza las palabras que indican operaciones (suma, resta, multiplicación o división) con sus signos para ayudarle a organizar el problema.

Dibuja un marco alrededor de cada sección importante en el problema o alrededor de cada paso en el problema.

Con el estudiante, vayan oración por oración y decidan si el niño necesita esa oración en la historia para solucionar el problema. Si la oración no es necesaria, el estudiante la tacha para removerla visualmente.

Prepara y escribe en papel para demostraciones o en tarjetas índice, ejemplos de problemas verbales con la información clave ya resaltada (subrayada, dentro de un círculo o en un color diferente). De esta manera la estudiante tiene un modelo que puede mirar. En adición, resalta las palabras en el problema que indican o que dan pistas respecto a las operaciones que hay que usar.

Ayuda al estudiante a crear una imagen mental del problema la cual el niño puede reforzar con dibujos.

Poner la información en una secuencia
Haz que la estudiante enumere la información en el problema verbal de acuerdo al orden en que tiene que usarla para resolverlo.

Usa el enfoque paso-a-paso, en otras palabras, enseña al niño a pensar en los problemas verbales como una secuencia de pasos que siguen un orden predeterminado y que se resuelven un paso a la vez. Los estudiantes tienen que entender que solucionar problemas verbales no es algo que ellos pueden hacer impulsivamente o en un solo paso y sin planificación.

Los pasos en el problema verbal pueden separarse fácilmente usando diferentes colores, un color para cada paso. Por ejemplo, el primer paso es siempre rojo, el segundo es siempre azul y el tercero verde. Leyendo el problema en voz alta, la estudiante dibuja un círculo (o un punto) rojo sobre el primer paso, azul sobre el segundo y verde sobre el tercero. Al colorear las secuencias, podemos ver de un vistazo donde es que la estudiante está teniendo problemas en el proceso.

Muéstrale al niño un problema verbal con la contestación, pero sin los pasos requeridos para resolverlo. La tarea del estudiante es encontrar los pasos que fueron necesarios en la solución del problema.

En un problema verbal ya resuelto, muestra la contestación con los pasos requeridos, pero con los pasos fuera de orden. La tarea del estudiante es poner los pasos en la secuencia correcta y luego tiene que explicar la secuencia.

Antes de que la estudiante resuelva el problema verbal, haz que prediga el número de pasos que se necesitan, explicando su predicción.

Simplificar la computación del problema verbal
Usa computación más simple para disminuir el efecto de una pobre habilidad matemática en el estudiante.

Haz que la estudiante sume y reste manualmente y permite que use la calculadora para multiplicar y dividir. También puedes darle opciones, por ejemplo, que resuelva dos operaciones manualmente y la tercera operación (su selección) con calculadora.

Dale crédito a la estudiante por su razonamiento, o la forma de ordenar sus ideas, para llegar a una conclusión, o por un procedimiento correcto aunque la computación esté incorrecta.

Cuando el estudiante tiene dificultad con la computación del problema verbal, permite que sustituya las cantidades grandes por cantidades menores, por ejemplo, resolviendo 4*8 (32) en lugar de 465*86 (39,990). De esta manera, puede visualizar la operación y tiene una idea del resultado (el resultado final está alrededor de los 32,000). Finalmente, el niño hace su cálculo usando las cantidades originales, comparando su estimado con el resultado final.

De manera similar, el estudiante puede sustituir números difíciles por números fáciles de computar. Siguiendo el ejemplo anterior, el estudiante calcula 400*80 (32,000), repitiendo el resto del proceso.

Reduce la cantidad de problemas verbales que el estudiante tiene que solucionar, por ejemplo, resolviendo siete de los 12 problemas en la tarea. Esto le da más tiempo al niño para trabajar los algoritmos o los pasos del problema.

Romper un problema complicado entre partes más cortas y fáciles para resolver
Haz que la estudiante encuentre una parte en el problema verbal que le resulte más fácil y traten de proceder de esa parte al resto del problema.

Con la estudiante, rompan el problema largo en dos o tres “mini-problemas”. Cada paso puede convertirse en un mini-problema. La estudiante resuelve cada mini-problema por separado y finalmente combina los dos o tres resultados parciales en un resultado total. Similarmente, la niña puede romper el problema verbal en dos o tres preguntas, contestar cada pregunta y entonces combinar los resultados.

Enseñarle al estudiante una estrategia modificada para resolver problemas verbales
Aquí hay un ejemplo:
  1. Lee el problema.
  2. Relee el problema para que encuentres la información que ya se te provee. La pregunta que tienes que contestar aquí es, “¿Qué sé sobre este problema?”.
  3. Relee el problema para que identifiques lo que el problema te pide que hagas. Contesta, “¿Qué necesito encontrar?”.
  4. Identifica las operaciones que tienes que usar para resolver el problema.
  5. Usa objetos o haz dibujos que te ayuden a visualizar el problema.
  6. Escribe tus respuestas parciales al problema.
  7. Combina tus respuestas parciales en una sola o en tu contestación final.

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